Sunday, May 21, 2006

Oda al Pusilánime


Todo adentro
todo inmovil
paralizado
-para lisiados-.

Entorno a mi mundo
circulan asesinos.
Podría contemplar caricias
y decapitar sentimientos,
pero me gana todo el mundo
y todo objeto.
Con complicidad del universo
con todo pequeño agasajo de besos
me convierto en niño indefenso.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmovil.

Ellas besándo modelos,
acariciando cabelleras,
midiendo futuros
con porvenires.
Aquí no se mide eso,
es sobrevivencia
de pala y lapiz.
Aquí es sobrevivencia
de corazón y carne.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmóvil.

De ellos depende el mundo,
de ellos depende la comida.
Sonría así clarito
así blanquito y despejado,
mira que nadie sabe
que detrás de brazos cruzados
hay esposa e hijos.
Nadie sabe que el humano
no es más que una excusa
para que otros
cuenten pepitas de oro.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo Inmóvil.

¿Por qué todo luce
tan feliz y brillante
Todos tan acompañados,
todos tan livianos?
¿Por qué todos flotan?
¿Por qué acá
se hunde todo?
¿Por qué mi oscuridad
está en veda?
¿Por qué soy clandestino
ayudando bajo el pie,
pisoteado y con sueldo?

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmóvil.

Finales felices
con Disney en mente,
contigo a la distancia,
con ellas desapareciendo.
Enrojecido y avergonzado
sabe que el vacío
es proporcional a los días.
Sabe que el fin
es terreno del infierno.
No sabe nada.
Este niño no sabe nada.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmóvil.

Todo mejor.
Todo verde al otro lado.
Misericordia a los reyes,
no hay motivo para cortar cabezas,
pero se las cortaría
para llorar de pena.
Saber que ellos no saben
que hay quienes no saben que el saber
no es sabiduría,
es pura mercancia,
como su amor
y su nombre.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmóvil.

Para escalar al trono
necesito unirme al clan,
necesito pagar por TV,
necesito alabanzas
de familia perfecta,
de sacrificio sobre humano.
Para la votación máxima,
para la casa grande,
para tenerte en mis brazos,
sólo no ser humano,
sólo ser no espasmo.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmóvil.

No podría ser tan grande
como todos mis hermanos mayores,
como todos mis vecinos ricos,
como todas sus esposas bellas,
ocultarme entre desiertos,
llorar bajo el puente,
con una bolsa de neoprén
y alusinar aspirando.
Vinar fuera de alcoholes,
pensar que tuvo futuro.

Y todo termina.
Todo adentro.
Todo inmóvil.